miércoles, 4 de julio de 2007

Sucedáneos de manteca




Un día en el colegio, específicamente en la clase de religión, la monja Elizabeth (aborrecida por muchas, entre esas yo) pensó que sería entretenido hacer una “dinámica grupal” para explicarnos como se reparte la riqueza en nuestro país. La pregunta inicial fue: Las que tienen promedio en matemáticas entre 6 y 7 siéntense acá, las que tienen promedio entre 5 y 6 acá, las de 4 a 5 acá y las de 0 a 4 acá. Las matemáticas nunca han sido mi fuerte, en realidad siempre me cargaron y nunca las pesqué, aunque en la media mi desinterés por éste ramo fue exagerado, pero en fin. La cuestión es que mi amiga LILA y yo quedamos en el grupo de la nota 4, es decir, el peor grupo. La muy muy muy maldita monja sacó una bolsa de chocolates (no voy a decir que eran los chocolates más ricos y alcurniosos del mundo, solo eran de esos de 10 pesos llenos de manteca, pero con un saborcillo inconfundible y enviciante, chiquititos, que te quedan en una muela). Cuando la monja saca la bolsa se escucha mmmmmmmmm generalizado, ya que todas queríamos chocolatitos y hasta ese momento no nos habíamos dado cuenta del maquiavélico experimento del cual éramos parte. A pito de nada la monja llega y dice: Ahora al grupo que tiene promedio entre 6 y 7, (que a todo esto eran las 2 estúpidas más estúpidas del mundo) le corresponden 60 chocolates!!!....todas nos quedamos "así por ser" como “marcando ocupado” y obviamente los “shhh na que ver” . Lo peor es que la cantidad de chocolatitos disminuía proporcionalmente al promedio de las pobres estudiantes, las más damnificadas fuimos, obviamente porque o si no no estaría contando esta estúpida historia, LILA y yo, porque nos tocó un chocolate y medio para las dos, yo no me iba a comer eso ni cagando, que humillante, pero LILA era capas de prostituirse por un mísero sucedáneo de chocolate en aquella época y sin orgullo alguno se tragó el chocolate y medio en un 2 x 3.
Lo peor fue que las muy idiotas que se llevaron casi toda la bolsa no fueron capaces de convidarle al resto de sus hambrientas compañeritas, pero las entiendo…ya que siempre las molestábamos y nos reíamos de ellas, etc. La que más disfrutó con todo eso fue la monja.
pd.: No es necesario explicar la moraleja.

por: SMN, BITCH!

No hay comentarios.: