Mi madre tiene una compañera de trabajo a la que le encanta shatear y que está obsesionada con tener un hijo, bueno, supongo que eso es normal después de los 30 para muchas mujeres (espero no sea mi caso). En fin, la cuestión es que como le gusta tanto sssshatear empezó a conocer gente y se encontró un pololo ariqueño o iquiqueño, de bien al norte.
Obviamente toda ilusionada le contaba a la hora del almuerzo a todas sus compañeritas, cual adolescente, lo feliz que estaba, que se casarían y que él pronto vendría a verla o más bien a "buscarla" como todo un príncipe azul altiplánico, probablemente no en un corcel....a lo más en un Tur Bus. Mi madre me contaba con extrañeza toda esta historia...porque había otro detalle, la susodisha tiene un problema de discapacidad, usa muletas y no es muy agraciada de carasho digámoslo así por ser, además tiene un carácter de los mil demonios.
Quedaron de juntarse en el terminal a cierta hora, según ella se habían mandado fotos y todo...llegó la hora pactada, mmmm....y obviamente pasó un montón de rato más y del Príncipe Altiplánico ni luces. Desilucionada y triste partió en radio taxi para su hogar.
Cuento corto: obviamente nunca más supo del tipo. Según ella, él se debe haber asustado al verla y se escondió por ahí, cosa que si fuera cierta significaría que ella nunca le mandó una foto de cuerpo entero, obvio. Pero eso no es lo peor, porque a ella le quedó gustando la wueaita y sigue haciendo lo mismo, chateando y conociendo gente, buscando al hombre perfecto que la ayude a concebir.
Dedicado a M., que harto sabe de chat, pero que sus pololeos y amiguitos le durarán hasta que conecte la webcam...
Por: Say my name, BITCH!
